domingo, 23 de noviembre de 2008

Las ONG no dan abasto

En estos últimos meses los medios de comunicación no se cansan de mostrarnos ciudadanos de a pie quejándose de que no llegan a fin de mes, de que no pueden pagar la hipoteca o de que les despiden de sus empleos. Todo ello por culpa de la crisis financiera que parece afectar a todo.

Pero si nosotros, viviendo en un país rico, nos sentimos ahogados por la crisis, ¿qué les estará ocurriendo a los que viven en los países del sur? Muchos de sus habitantes no sólo no llegan a fin de mes, sino que no tienen ni para empezarlo. Muchos no pueden pagar la hipoteca de su casa porque ni siquiera tienen casa. A muchos no pueden despedirles porque, simplemente, nunca han tenido un trabajo.

El impacto de la crisis en las personas que más la sufren se refleja claramente en la situación que están viviendo las ONG dedicadas a las necesidades básicas. Estas organizaciones se encuentran con que cada vez hay más gente que necesita su ayuda a la vez que ven disminuir sus recursos económicos. Mientras crecen las estadísticas de la pobreza extrema, mientras aumenta el número de personas que pasan hambre, las ONG reciben cada vez menos aportaciones de socios y donantes. Y para colmo, es muy probable que los gobiernos y administraciones, más ocupados en ayudar a los bancos, recorten las subvenciones destinadas a estos colectivos.

Ahora que lo estamos pasando mal económicamente, quizá sea el momento de que nos acordemos de los que lo están pasando aún peor. No podemos retirarles nuestra ayuda justo cuando más la necesitan. Si a los que trabajan para erradicar el hambre y la pobreza extrema les negamos los recursos, entonces, ¿quién ayudará a quienes más lo necesitan?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esta situación de crisis por la que estamos pasando injustamente muchos ciudadanos puede enseñarnos a valorar más las cosas. Si hacemos un balance de un antes y un después de la crisis,veremos que, al menos, ha habido un "antes"... Muchas personas han estado siempre, injustamente, en crisis.

Son muchas cosas las que deberemos cambiar para lograr un mundo más justo. Pero ¿y si no nos damos cuenta de que el mundo no es justo? La crisis puede ser una oportunidad para darnos cuenta de ello. Con demasiada frecuencia no somos capaces de aprender por experiencia ajena, y pienso que, no habiendo "mal que por bien no venga", la crisis actual puede ser un momento muy importante para reflexionar.