viernes, 28 de noviembre de 2008

Denuncia ante el Defensor del Pueblo

EL PARTIDO POR UN MUNDO MÁS JUSTO (PUM+J) DENUNCIA ANTE EL DEFENSOR DEL PUEBLO ESPAÑOL LA INJUSTICIA SUFRIDA POR LA NIÑA DEPORTADA GIFT BENEDU
Gift Benedu, de cuatro años, y su madre Esther Benedu, se encuentran en paradero desconocido en algún punto de Nigeria desde el pasado jueves 20 de noviembre, fecha de su deportación del CIE de Málaga

El pasado jueves 20 de noviembre, la niña de cuatro años Gift Benedu y su madre Esther Benedu fueron deportadas a Nigeria desde el CIE de Málaga, lugar en el que permanecían presas desde hacía casi un mes. Las autoridades no informaron de este hecho en ningún momento a Sony Benedu, padre de Gift internado también en el citado CIE, aunque en un espacio distinto que su mujer y su hija, dándose la circunstancia además de que tanto él como su familia son de Sierra Leona, país que no tiene convenio de repatriación con España, y no de Nigeria, país donde supuestamente están la madre y la niña. Al día siguiente de la deportación, el propio Sony Benedu fue expulsado de nuestro país también con dirección a Nigeria, donde le ha sido imposible localizar a su familia ya que las autoridades aeroportuarias de Lagos desconocen su llegada.

Ante tan flagrante injusticia que atenta, no sólo contra los Derechos Humanos, sino en concreto contra los Derechos del Niño, el partido Por Un Mundo Más Justo (PUM+J) ha presentado ante el Defensor del Pueblo una denuncia formal con intención de que se investiguen estos hechos y se localice cuanto antes tanto a la pequeña Gift Benedu como a su madre. Diversas organizaciones dedicadas al trabajo con inmigrantes se están sumando en las últimas horas a esta iniciativa ante la gravedad del asunto.

Rogamos a todos los medios que difundan en la medida de lo posible esta dramática información que se clava y hiere en la más profundo de nuestra conciencia solidaria y en nuestro concepto de justicia como país.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Las ONG no dan abasto

En estos últimos meses los medios de comunicación no se cansan de mostrarnos ciudadanos de a pie quejándose de que no llegan a fin de mes, de que no pueden pagar la hipoteca o de que les despiden de sus empleos. Todo ello por culpa de la crisis financiera que parece afectar a todo.

Pero si nosotros, viviendo en un país rico, nos sentimos ahogados por la crisis, ¿qué les estará ocurriendo a los que viven en los países del sur? Muchos de sus habitantes no sólo no llegan a fin de mes, sino que no tienen ni para empezarlo. Muchos no pueden pagar la hipoteca de su casa porque ni siquiera tienen casa. A muchos no pueden despedirles porque, simplemente, nunca han tenido un trabajo.

El impacto de la crisis en las personas que más la sufren se refleja claramente en la situación que están viviendo las ONG dedicadas a las necesidades básicas. Estas organizaciones se encuentran con que cada vez hay más gente que necesita su ayuda a la vez que ven disminuir sus recursos económicos. Mientras crecen las estadísticas de la pobreza extrema, mientras aumenta el número de personas que pasan hambre, las ONG reciben cada vez menos aportaciones de socios y donantes. Y para colmo, es muy probable que los gobiernos y administraciones, más ocupados en ayudar a los bancos, recorten las subvenciones destinadas a estos colectivos.

Ahora que lo estamos pasando mal económicamente, quizá sea el momento de que nos acordemos de los que lo están pasando aún peor. No podemos retirarles nuestra ayuda justo cuando más la necesitan. Si a los que trabajan para erradicar el hambre y la pobreza extrema les negamos los recursos, entonces, ¿quién ayudará a quienes más lo necesitan?