martes, 9 de diciembre de 2008

El hambre aumenta en 40 millones de personas

Según publica la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en este último año ha aumentado en 40 millones el número de personas que sufren desnutrición. Ya hay 963 millones de seres humanos que no tienen qué llevarse a la boca. O lo que es lo mismo, una de cada siete personas que habitan este mundo.

Fíjense en este número: 40.000.000. Es casi igual a la cantidad de personas que residen en la totalidad del estado español. Ahora imaginen que, en el transcurso de un año y por diversas causas, todos los que vivimos en este país comenzáramos a pasar hambre. Cuarenta millones de personas, con sus nombres y apellidos, con sus familias, con sus esperanzas e ilusiones, comenzarían a sufrir por primera vez en su vida la falta de alimentos. Miren a su alrededor: esas personas serían sus compañeros de trabajo, sus vecinos y sus propios hijos.

Por inimaginable que parezca, no se trata de una ficción, esto ya ha ocurrido. Con la única diferencia de que los 40 millones de nuevos hambrientos no están concentrados en un solo país europeo, sino que se reparten entre Asia, África e Hispanoamérica. Pero eso no cambia la magnitud de la tragedia.

Habiendo tomado conciencia del alcance del problema del hambre, nos deberíamos preguntar por qué ésta no es una prioridad de los gobiernos del mundo. ¿Saben distinguir nuestros políticos lo urgente de lo secundario?