SOLIDARIDAD Y JUSTICIA GLOBAL, UNA SOCIEDAD DE TODOS Y PARA TODOS

 

Es la hora, se acaban las prórrogas, con valentía, fraternidad y valores renovados

¡HAY ESPERANZA!   

Desde el partido Por Un Mundo Más Justo, partimos de la base de que todos los seres humanos somos iguales en dignidad y, por tanto, debemos tener acceso a una serie de derechos fundamentales. Anteponemos las personas a los beneficios económicos, situando la economía al servicio del desarrollo humano y priorizando la consecución de los DERECHOS HUMANOS, ya que sólo así se podrán sentar las bases de una sociedad cohesionada y sostenible. Este posicionamiento debiera ser el punto de arranque de cualquier propuesta política en nuestro país, pues, en realidad, por revolucionario que parezca, se trata de una exigencia ya recogida en la Constitución Española (artículo 10) “el respeto a la dignidad de la persona es el fundamento del orden político y de la paz social” y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.

En consonancia con ello el partido Por Un Mundo Más Justo tiene por misión promover las transformaciones estructurales necesarias para que todos los habitantes del mundo ejerzan su derecho a vivir con dignidad. Este objetivo parece lejano sobre todo en tiempos en los que en muchos ámbitos se camina en dirección opuesta generando una realidad insostenible e indigna.  

Una realidad que en España significa el incremento de la desigualdad de renta, la pérdida de derechos laborales, la consolidación del desempleo por encima del 20%, la expulsión de los jóvenes, la persecución y vulneración de derechos básicos de la población migrante, la privatización de sectores estratégicos, el incremento de la pobreza y la desnutrición, la desesperanza, la corrupción política generalizada, el control de los medios de comunicación por parte de la élite económica, los desahucios de miles de familias…

Una realidad que en el mundo significa presupuestos militares estratosféricos, incumplimiento general de compromisos de cooperación como el 0,7%, incremento de la desigualdad en los países pobres y emergentes, insostenibilidad ambiental latente y cambio climático progresivo, conflictos armados crecientes, migrantes y refugiados desprotegidos y tratados como delincuentes,  explotación laboral de millones de personas, malnutrición ya sea por subnutrición u obesidad de más de 2.000 millones de personas, decisiones globales tomadas desde unos estratos y Estados muy determinados.

Por ello este 2015 es un año especialmente relevante, la Humanidad se juega buena parte de su destino y su sostenibilidad. En España tenemos unas Elecciones Generales, en el Mundo se celebran importantes cumbres internacionales bajo el paraguas de las Naciones Unidas. La gran mayoría de los diagnósticos y programas políticos no tienen en cuenta ese desafío y por lo tanto por mucha “responsabilidad” a la que quieran apelar siguen sin enfrentar la realidad.

Necesitamos unos valores renovados:

• Frente a una mirada de frontera, egoísmo y parálisis, FRATERNIDAD GLOBAL y búsqueda de SOLUCIONES ACTIVAS COMPARTIDAS y DEFENSA DE LOS BIENES COMUNES.
• Frente a la especulación y la búsqueda de beneficios cortoplacistas propios a costa de otros, proponemos VISIÓN DE LARGO PLAZO con dosis de PLANIFICACIÓN COMPARTIDA y ECONOMIA REAL en función de las necesidades sentidas de las mayorías. 
• Frente a la desregulación y la ley del más fuerte y el menos honesto, REGULACIÓN EN ARAS DEL BIEN COMUN y los más débiles.
• Frente al consumismo irreflexivo e incitado apostamos por el CONSUMO RESPONSABLE con el planeta, con aquellos que ven privado el acceso a bienes por nuestro sobreconsumo y con nuestro propio bienestar y desarrollo integral.
• Frente a los análisis, intervenciones y entidades desarticulados e independientes que no tienen en cuenta las efectos negativos indirectos de sus intervenciones, VISION INTEGRAL y COORESPONSABILIDAD.
• Frente al individualismo y la competitividad es necesaria la COHESIÓN SOCIAL y el REPARTO DEL EMPLEO y DE LOS CUIDADOS.
• Frente a la opacidad buscaremos TRANSPARENCIA y MÁS DEMOCRACIA